jueves, 31 de julio de 2014

VOMITAR SENTIMIENTOS QUE INSPIRAN.

Ponerse delante de un folio o una pantalla en blanco y empezar a escribir sin haber pensado nada antes. Inspiración. Un rayo fugaz que ilumina el interior de tu cabeza y hace palpitar más rápido el corazón para llevar la sangre por las venas y hacer que comiencen tus dedos a moverse sobre el teclado o trazar palabras con un lápiz. Esa inspiración momentánea que te muestra palabras, ideas a carrerilla, sin darte tiempo a mirar tan si quiera la ortografía, el sentido de la oración o el motivo del discurso. Una inspiración que aún no siendo divina, obra como por arte milagrosa plasmar algo sin haberlo casi ni pensado. Y después de vomitar todo cuanto te ha venido por esa inspiración lo relees, con calma, buscando la concordancia, el significado y la explicación de lo que te ha llevado a escribir esos renglones.
Caes en la cuenta que el 90 por ciento de las veces, la inspiración ha ido ligada a un sentimiento. Un sentimiento que, a veces, casi no se ha mostrado ante tí, que permanecía oculto en tu interior esperando su momento para emprender una carrera contrarreloj y hacerte ver que no debería haber estado agazapado por tu propio ser, que es no es banal sino más importante que muchos de los sentimientos cotidianos. Y después sin pensarlo caes también en la cuenta que del 90 por ciento anterior, el 89 va siempre relacionado con sentimientos del corazón. Y no, no me refiero sólo al amor. A todo aquello que nos remueve las entrañas, nos sacude nuestro mundo y que por miedo o por desconocimiento barremos de nuestra cabeza incluso antes de pensarlo. 
El amor ha inspirado a grandes artistas, y seguro que muchos de ellos ni sabían el amor que sentían. También el Odio ha sido canal para dar luz a grandes obras. El sentimiento de lujuria puso de moda años atrás la novela rosa que hoy en día se ha modernizado, cambiando el nombre de Jazmín por el de Grey. La avaricia también ha echo escribir a más de uno, aunque casi siempre talones bancarios, cuentas en Suiza o papeles comprometedores para algún gobierno mal asesorado e igual de avaricioso. Otros sentimientos como el dolor y la pena han sembrado epitafios rítmicos y versados o han sabido hacerse hueco en grandes melodramas que han acabado en obras maestras del cine. El miedo, mi preferido. Éste ahonda en casi todos los demás sentimientos volviéndolos oscuros, sombríos y creando siniestros escritos que te sobrecogen el alma y te erizan la piel. Todos, sean cuales sean, sentimientos, inspiraciones, divinos o terrenales, soñados o vividos... todos deben ser leídos. Porque cuando uno escribe, casi sin intención de escribir, así como de sopetón, saca lo más profundo de su interior, lo más real, lo más sincero y lo más sentido. 
Recomiendo a todo el mundo que una vez por semana, sin planificarlo, cuando sienta que algo le ronda y no sabe el qué, saque tiempo para plasmar "lápiz sobre blanco", y que después lo compartan, aunque sea con un desconocido como yo.
Un saludo a todos los que hablamos con nuestra cabeza mientras escupimos palabras y frases con nuestros escritos y un saludo a todos aquellos que los leen e intentan ponerse en la situación de intentar sentir algo. 

CANCIÓN DEL DÍA: OH HAPPY DAY!! DE LA PELÍCULA SISTER ACT.

Que tengáis un buen día!!!!

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