lunes, 11 de agosto de 2014

MIRAR PARA VER SOLO LO QUE INTERESA

Ayer leí un tweet  que hablaba del ébola. En realidad se refería al ébola pero como comparación de alarma social. Y no es que sea un problema banal. La enfermedad mortífera y contagiosa es ya considerada por la OMS una epidemia en África Occidental y la cataloga como una "urgencia de salud pública de interés internacional (PHEIC)". Estas declaraciones se hacen públicas después de conocer que la cifra de afectados asciende a más de 1700, con una mortalidad de 1000 personas desde el mes de marzo. Alarmante. Coincido en la preocupación internacional. 
Pero el tweet en cuestión iba más allá. Más allá de cifras, de intervenciones en cumbres, de decisiones de organizaciones globales, de prohibiciones o restricciones en desplazamientos de/desde la zona afectada, de planes de evacuación y repatriación,... Más allá de esta terrible cepa de ébola que puede llegar a alcanzar un índice de mortalidad del 90%. 
Hacía referencia a la desigualdad de miras entre la alarmante situación que puede descontrolarse y llegar a expanderse por los mismos paises que debaten medidas en cumbres de alto estado y la poca visibilidad de problemas incluso peores que, desde mucho antes, se han cobrado más vidas que la propia enfermedad.
La hambruna, el desarrollo humano, la mortalidad infantil, la esperanza de vida, la tasa de alfabetización, la falta de productos de primera necesidad, población sin saneamiento básico,... problemas que llevan a la población a un estado de mortalidad casi anunciada, con un promedio de vida máximo de 60 años, con un índice de desnutrición infantil del 46%, con una tasa de alfabetización del 58%, una población en la que 8 de cada 10 no dispone de acceso a agua potable, ni a saneamiento básico, ni a productos de primera necesidad. Una población que ocupa el puesto 162 de 169 en estadística de desarrollo humano. Una población en la que mueren 146 niños de cada 1000 antes de los 5 años.
Y nos alarmamos y protegemos con cuidado exhaustivo de no ver una epidemia en nuestro mundo civilizado. Y nos alarmamos cuando vemos que por un ciudadano voluntarioso de nuestro país ha contraido la enfermedad intentando ayudar a solucionar los problemas de transfondo. Y nos alarmamos cuando piden a los estados mayores de los países en cabeza mundial que hagan todo lo posible para controlar la situación de emergencia médica. 
Pero que poco nos alarmamos cuando vemos un chiquillo con la tripa hinchada como un globo y no precisamente de comer. O a aquel que las costillas se marcan como anillos en un dedo. O cuando vemos la nutrición básica de esa triste población que no sería plato estrella en ninguno de los restaurantes a los que de vez en cuando acudimos para despejar nuestra atareada y estresada vida. O cuando conocemos que hay gente que la única ducha que pueden darse es la de la lluvia, eso sí, a la lluvia no le pidas jabón.

Y es triste pensar que las soluciones a las emergencias se disponen cuando la emergencia está a punto de tocar la puerta de tu casa, y que los problemas de los vecinos, son eso, sus problemas, que no cambiaran el curso diario de nuestra "complicada" vida. Y que ver las noticias se ha convertido en un acto de compasión que te remueve el manjar que se va alojando en tu estómago mientras engulles. Y pensar "que lástima" y "pobrecitos" en vez de "que mal repartido está el mundo".
Por eso, justamente por eso, el mundo es el fiel reflejo de lo que somos. Seres individuales, egoistas, narcisistas e hipócritas que pensamos en la igualdad global mientras nos cascamos una botella de buen vino o nos pagamos unas vacaciones "todo incluido" en algún paraiso rico. 
Dicho esto, por mí, esa persona que se da cuenta que no es tan realista como piensa, me enorgullezco de que, como en toda regla, haya excepciones, de que por cada 1000 descerebrados como yo exista un alma de ángel en cuerpo de persona que da su vida por los demás, en el centro del huracán. Y bajo mi prima visual que a veces se torna colorido o desfigura su imagen, sólo pido a quien sea que quiera escuchar que si no podemos ayudar a Liberia, Nigeria, Sri Lanka y muchos otros paises que se encuentran en esa situación, que por lo menos ayudemos a los que tenemos al lado, a los más cercanos, al que nos cruzamos cada día y vemos sufrir mientras apartamos la vista. Y el ángel que generemos con esa acción multiplique los efectos en cadena, ayuda por ayuda por ayuda,... hasta llegar al mejor de los sueños en el que todos nos podamos ayudar en un mundo mejor, en un mundo más .... igual.

CANCIÓN DEL DÍA: "Himno de la Alegría" de Nino Bravo.


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