domingo, 5 de febrero de 2012

SOMEONE LIKE YOU


Fue una decisión difícil. El camino que debía elegir era muy distinto al que ella quería recorrer. No había ningún cruce de caminos, ningún atajo. Sólo abismo a ambos lados. Tubo que imaginar algo que no existía. Le costó horrores  hacerse ver a ella misma que no había solución. Y se propuso no mirar atrás. Fijar la vista al frente y esperar lo que le deparara de nuevo el destino. Cruel destino que le llevaba a acabar tomando decisiones vitales para volver a empezar, desandando lo que con esfuerzo e ilusión había recorrido, había querido.

Una vez más sus ojos se humedecían con las lágrimas de su corazón. Se preguntaba porque siempre ella. Porque caía de nuevo en el mismo profundo pozo de lamento. Porque, de nuevo, se encontraba con la misma piedra, con el mismo muro insalvable, con igual sensación de frustración.

Si al menos fuera ella la que se hubiera equivocado… pero debía autoconvencerse que formaba parte de ese error, de esa secuencia de acontecimientos. No en vano ella había dado todo lo humanamente posible apostando por lo que quería y no pudo ser. Se vio obligada a decirse y a decir que deseaba lo mejor para él en el futuro, aún sabiendo que ella era la mejor opción, el mejor pasado, presente y un futuro maravilloso en su vida… lástima que él no logró ver lo mismo que ella…

Y otra vez, sola, recorría el camino, esperando que el destino le señalizara correctamente la dirección. O que al menos no le llevara a otra calle sin salida, a otro complicado laberinto de esto llamado “amor”. 

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